Dos meses después los arreglos de la casa estaban terminados. Aquellos primeros discípulos se fueron a vivir allí el día 2 de enero de 1817. Desde entonces y hasta hoy, la casita de Bonner ha sido considerada entre los Hermanos Maristas como la
“cuna” del Instituto, y el día 2 de
enero de 1817, como la fecha fundacional
de los Hermanitos de María.
Sus miembros habían de abrazar
una espiritualidad caracterizada por
la experiencia de la presencia de
Dios, la confianza en la protección
de la Virgen María y la práctica de
las “pequeñas” virtudes de humildad
y sencillez.
A partir de entonces Granjon y
Audras compartieron la vida en la
casa. Marcelino les enseñaba a leer
y les formaba en las habilidades que
tendrían que mostrar para educar a
los niños. También les fue formando
en la oración. Y les enseñó a fabricar
clavos para colaborar, con su venta,
en el sostenimiento de la comunidad.
Los dos jóvenes aspirantes asistían al coadjutor en las tareas pastorales. Visitaban y ayudaban
a los ancianos de los caseríos, recogían leña para los necesitados y les llevaban comida
con regularidad.
SAN MARCELINO CHAMPAGNAT, vida y misión (Seán D. Sammon)
PARA LA REFLEXIÓN Y EL COMPROMISO:
Marcelino fundó a los Maristas porque sentía que Dios le pedía ayudar a los jóvenes:
• ¿Eres sensible a lo que pasa a tu alrededor?
• ¿Te has preguntado alguna vez qué es lo que puede querer Dios de ti?