la historia de chris gardner

Christopher Paul Gardner nació en 1954 en Milwaukee, Estados Unidos.

En su infancia, casi no tuvo modelos masculinos positivos, desde la ausencia de su padre

hasta su violento padrastro.

 

A pesar de tener un matrimonio infeliz, la madre de Gardner fue una fuente de inspiración

y fortaleza para él y sus tres hermanos. Ella los animó a tener confianza y a creer en sí

mismos.

 

Su padrastro maltrataba a su madre y sus hijos tenían miedo de intervenir. Incluso, en una

ocasión, la acusó de trabajar al mismo tiempo que recibía dinero de Servicios Sociales. Ello

provocó que la metieran en la cárcel y sus hijos tuvieran que ir a un centro de menores temporal hasta su salida.

 

De esta experiencia, Gardner decidió que el resto de su vida lo dedicaría a luchar contra el

alcoholismo, la violencia doméstica y el analfabetismo.

Después de acabar sus estudios en el instituto, se alistó como miembro del cuerpo médico

en la Marina Estadounidense. Ahí, conoció al Dr. Robert Ellis, quien le ofreció trabajo como

asistente en el Centro Médico de la Universidad de California. Durante dos años, aprendió

cómo manejar el laboratorio e incluso colaboró en artículos de investigación con el Dr. Ellis.

En esa época, su novia, Jackie, se quedó embarazada y Gardner decidió cuidar de Jackie y

de su hijo.

 

Cuando el niño apenas tenía un año, Gardner, para poder mantenerse económicamente, tuvo

que tomar varios trabajos.

Un día, después de ir a una de sus ventas, la vida de Gardner cambió. Conoció a un hombre

impecablemente vestido con un Ferrari rojo.

Curioso. Gardner le preguntó qué hacía para vivir, a lo que respondió que era corredor de

bolsa. A partir de ese momento, Gardner renunció a su trabajo para prepararse para ser

corredor de bolsa.

Cuando, por fin se presentó en la oficina el primer día, se encontró con la sorpresa de que

habían despedido una semana antes al director que lo contrató y se encontró sin trabajo ni

dinero para vivir.

Cuando salió, descubrió que su novia se había ido con su hijo y todas sus pertenencias, incluida

su ropa.

Cuatro meses después, Jackie regresó para dejar el niño a cargo de Gardner. En las pensiones,

no se aceptaban niños, pero Gardner, aún así, aceptó su custodia.

A pesar de tener trabajo, su hijo y él vivían desamparados sin hogar mientras ahorraban para

poder pagar el alquiler de una casa. Ninguno de sus compañeros de trabajo sabía que él y

su hijo estuvieron un año viviendo sin casa. Todo su sueldo se iba en la guardería del niño y

la comida.

Al principio, dormían en pensiones baratas, pero, más adelante, dormían en donde podían:

en su oficina, albergues, parques y hasta baños públicos.

Chris recibió ayuda de muchas personas, pero fue el reverendo Cecil Williams quien, al ver la

dedicación de Gardner a su hijo, les permitió quedarse por unos cuantos meses en el refugio

de madres indigentes.

Gardner siempre era el primero en llegar a la oficina y el último en irse, poniendo todo su

empeño en hacer bien su trabajo. En 1982, por fin, pasó su examen para obtener la licencia

y consiguió un buen empleo.

Cinco años después, Chris Gardner estableció su propia firma de bolsa de valores. Su nueva

compañía empezó en su pequeño piso con muy poco dinero y una mesa de madera que servía

para la hora de la comida en familia.

Poco a poco, su negocio fue creciendo cada vez más y, hoy en día, es multimillonario. Sin embargo, no ha olvidado sus duros comienzos, por lo que coopera en varias organizaciones que le ayudaron cuando lo necesitaron él y su hijo. Es el fundador de un proyecto en San Francisco que construye casas de alquiler a bajo precio, da ayudas y charlas para preparar a gente sin hogar ni recursos. También participa en una iniciativa de educación para niños pobres.

 

En el año 2002, recibió el premio al Padre del Año por su gran dedicación y ejemplo para muchos padres.