Un cansado dromedario
que en el desierto camina.
piensa que se encuentra solo
y lamenta su desdicha.
Solo busca un rinconcillo
donde poder cobijarse
del cansancio del camino,
un sitio donde tumbarse.
No sabe que es observado
por unos ojos de almendra
que se ocultan del calor
bajo el fuego de la arena.
Se relame de impaciencia
una serpiente amarilla,
¡voy a tener otro amigo!,
¡avisaré a la pandilla!